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22.1.09

"Sólo se conocen bien las cosas que se domestican"

-¡Buenos días! -dijo el zorro.
-¡Buenos días! -respondió cortésmente el principito que se volvió pero no vío nada.
-Estoy aquí, bajo el manzano -díjo la voz.


-¿Quién eres tú? -preguntó el principito-. ¡Qué bonito eres!
-Soy un zorro -dijo el zorro.
-Ven a jugar conmigo -le propuso el principito-, ¡estoy tan triste!
-No puedo jugar contigo -dijo el zorro-, no estoy domesticado.
-¡Ah, perdón! -dijo el principito.
Pero después de una breve reflexión, añadió:
-¿Qué significa "domesticar"?
-Tú no eres de aquí -dijo el zorro- ¿qué buscas?
-Busco a los hombres -le respondió el principito-. ¿Qué significa "domesticar"?
-Los hombres -dijo el zorro- tienen escopetas y cazan. ¡Es muy molesto! Pero también crían gallinas. Es lo único que les interesa. ¿Tú buscas gallinas?
-No -díjo el principito-. Busco amigos. ¿Qué significa "domesticar"? -volvió a preguntar el principito.
-Es una cosa ya olvidada -dijo el zorro-, significa "crear lazos... "
-¿Crear lazos?
-Efectivamente, verás -dijo el zorro-. Tú no eres para mí todavía más que un muchachito igual a otros cien mil muchachitos. Y no te necesito. Tampoco tú tienes necesidad de mí. No soy para ti más que un zorro entre otros cien mil zorros semejantes. Pero si me domesticas, entonces tendremos necesidad el uno del otro. Tú serás para mí único en el mundo, yo seré para ti único en el mundo...
-Comienzo a comprender -dijo el principito-. Hay una flor... creo que ella me ha domesticado...
-Es posible -concedió el zorro-, en la Tierra se ven todo tipo de cosas.
-¡Oh, no es en la Tierra! -exclamó el principito.
El zorro pareció intrigado:
-¿En otro planeta?
-Sí.
-¿Hay cazadores en ese planeta?
-No.
-¡Qué interesante! ¿Y gallinas?
-No.
-Nada es perfecto -suspiró el zorro.
Y después volviendo a su idea:
-Mi vida es muy monótona. Cazo gallinas y los hombres me cazan a mí. Todas las gallinas se parecen y todos los hombres son iguales; por consiguiente me aburro un poco. Si tú me domesticas, mi vida estará llena de sól. Conoceré el rumor de unos pasos diferentes a todos los demás. Los otros pasos me hacen esconder bajo la tierra; los tuyos me llamarán fuera de la madriguera como una música. Y además, ¡mira! ¿Ves allá abajo los campos de trigo? Yo no como pan y por lo tanto el trigo es para mí algo inútil. Los campos de trigo no me recuerdan nada y eso me pone triste. ¡Pero tú tienes los cabellos dorados y será algo maravilloso cuando me domestiques! El trigo, que es dorado también, será un recuerdo de ti. Y amaré el ruido del viento en el trigo.


El zorro se calló y miró un buen rato al principito:
-Por favor... domestícame -le dijo.





El Principito - Cápitulo 21

14.1.09

Do you want a piece of me?

Soy inconformista y por eso tengo lo que tengo o por eso soy lo que soy, para bien y para mal. Me muerdo las uñas cuando estoy nerviosa y cuando no también. Me gusta beber más de la cuenta y ya dejé de creer que me haría una alcohólica. Me gustan los tragos dulces y con hielo. Soy de las mujeres que guarda los mensajes enviados para releer las cosas que escribo, lo mismo con las cartas y sus borradores. Nunca coleccioné sobres de dulces o chocolates de amores adolescentes y furtivos, pero si me cercioré de dejar una canción para alguno de ellos. Cuando soy poco expresiva es un acto de timidez, aunque me crea solamente introvertida. Soy insegura de mi misma y del resto. Soy orgullosa y me he mordido la lengua por ello. Soy de las que da los besos largos y apasionados sin disimulo ni vergüenza. Me gusta acurrucar mi nariz helada en un cuello cálido. Me gusta dar la mano al andar. Me gusta caminar por sitios nuevos. Me gusta viajar sin destino claro. Me gustan las ventanas de las casas viejas, me gusta la forma de los árboles torcidos. Me gusta pisar hojas secas. Me gusta secar flores entre las hojas de algún libro. Soy de las que “prepara cosas casuales”. Soy un tanto testaruda cuando debo olvidar lo que recuerdo. Me gusta jugar a que fumo el aire frío de las mañanas de invierno, me gusta botar ese vaho en ondas circulares intermitentes luego de posar un cigarro imaginario en mi boca, que va amarrado entre mis dedos. Evito el silencio absoluto en una casa vacía. Me gusta cantar por la calle. Detesto mi pelo cuando se vuelve incontrolable (eso es casi siempre). El mejor abrazo es el que no me suelta hasta que deje de llorar. El dolor más profundo es el que no dejo ver. La sonrisa más transparente es la que resalta con mis ojos. Lo que nunca me saldrá mal -y además es gratis- es soñar. Me acuesto con calcetines y me los tragan las sábanas. Me gusta dormir sin pijama y abrazada a la almohada (por falta de compañia). Despierto con ganas de dormir un poco más. Soy de las que sueña con bailar bajo la lluvia. Alguna vez quise recoger a todos los perritos callejeros para cuidarlos bien. Me conmueven los animales muy dulces. Lloro con películas tristes aunque tengan un final feliz. Mi sueño perfecto es el que aún no concibo. Uno de los tres deseos para un “genio de la lámpara” es tener tres deseos más. Me veo mejor con ojos verdes. Me veo más mujer con los labios pintados, aunque no me acostumbro a verme asi. Me gusta hacer ruido con los tacos al caminar. Me gustan las velas encendidas en un recinto casi oscuro. Me atraen lo hombres que tocan guitarra. Me gusta el beso desprevenido. Me gustan los escapes románticos. Me gusta ver llover por la ventana. Me gusta ver como caen las hojas de los árboles. Quiero una maquina de escribir y papel roneo. Me gustaría conocer la luna roja sobre el mar negro, como en Finlandia. Soy de las mujeres frágiles llenas de corazas. Soy cobarde del dolor y por eso escapo antes de que llegue. Me gusta sentirme una niña y para ello me columpio en los juegos. Me gustan las sorpresas inesperadas. Me vuelvo melancólica cuando me siento sola. Me corroe la nostalgia cuando abro mi caja de recuerdos. Me gustaría fotografiarlo todo. Me gusta cerrar los ojos y sentirme viva. Soy perfeccionista aunque me pese. Soy de las que cree que el café tiene un mejor sabor con la persona apropiada.  Me gustan los viajes largos. Me gustan los trenes. He querido una grabadora para mis pensamientos. Mi religión es la de Borges cuando Cree en la ausencia y su nudo en la garganta. Detesto la soledad tanto como las masas de gente.

12.1.09

Mi habitación. Mi mundo. Mi (des)orden

¿Mi habitación será como soy yo? Tal vez un poco: Está desordenada, se ilumina cuando llueve, siempre hay música. Es un invernadero que tiene forma de cuadrado. Es permitible la entrada del sol, pero demasiado puede dar asco, porque me pone histérica. Poder ingresar a ella es toda una odisea, pero no tiene cortinas, por lo que no es muy dificil mirar su interior.  El polvo que hay en mi habitación es de hadas, como el de mis pestañas. Y después está el armario empotrado. Hay prendas que ocupan más que otras, pero no les resta importancia. Mi habitación no tiene televisión, ordenador ni teléfono. Si tiene un espejo que me mira con orejas perforadas y me pregunta: "¿Por qué sólo hablas de ti?", que se queda callado cuando le respondo: "Porque sólo hablo conmigo".  Las paredes estan llenas de fotos, como mi cabeza asi de recuerdos.

Soy inmadura, soñadora, triste, absurda, inocente, irreal, espontánea. Soy música. Soy poesía. Soy un cuadro por colgar


Un poco como todos, un mucho como nadie.


Nada que no soñaste.

7.1.09

Invitación Especial




Te invito a un café (súper cargado, con cinco de azúcar siendo todo posible). 
Te invito para que me reconozcas en una mirada casual, de esas que han contenido todas las distancias. Iré vestida de rojo, con un pañuelo atado a mi cuello (sabes que no es el frío, apenas pura vanidad). 
Te invito para que hablemos de películas, de música, de libros y te mueras de ganas de que esto sólo sea un cuento de terror; hablaremos de palabras cosidas a la garganta, de pavimento rojo y cenizas en tu almohada.
Conversaremos y las palabras se harán agua y todo cuanto podamos decir será insuficiente. La llovizna se escapará por mis pupilas y tendremos un sabor a piel ansiosa anidado en nuestros labios. Dime, yo no sé mucho de otras cuestiones, invento frases del mismo modo en que invento verdades para alcanzarte. Digamos que mi talento es un artificio. 
Y mis ojos mienten si digo que todo sigue como antes. Escucha, las palabras no son complicadas, apenas si articulan una ilusión breve, piensa que el miedo es un sortilegio estéril, prefiero la bondad, aunque mi cuerpo se niegue a sanar ciertas heridas. ¿Qué no es necesario?...Aveces creo que quizá debería evaluar la posibilidad de des-enamorarme.
Aunque pensándolo bien, un café está bueno, y sabes? Me muerdo los labios de solo 
pensarte frente a mi, (¡¡Mierda!!) 



No te me acerques mejor, o harás que no te suelte nunca...

 
geads