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26.4.09

Destierro

Es tan complicado saber cuando el camino es el correcto, sobretodo cuando a veces más que el camino, lo que está en "juego" es lo correcto o lo incorrecto

Me pregunté muchas veces sobre lo que estaba haciendo, y siempre, y en esto fuimos tan complices como cuando nos escondíamos de la ciudad de la furia, sabía que no era precisamente un camino el que estaba cruzando. No iba contigo por la ruta a la que conducen los destierros y las centralizaciones del alma. Contigo, camine por el costado del camino. Al lado del camino, porque comprendía que había que inventarlo todo, había que dejar atrás los lugares comunes, las mismas palabras. Me lograste cambiar los corazones por los árboles, las rosas rojas por las azules, los deseos por la primera estrella, la conversación por el silencio. Contigo jamás pisé el camino que conduce a algún lugar, y en verdad, era tan feliz sólo con eso. 
En ese viaje por la ruta virgen que inventé por vos, olvide deshacerme de las maletas con tu pasado, esas maletas que encontraste en tu camino y no dudaste en volver a levantar. Y entonces, di un par de pasos, el camino se volvió hostil y me dí cuenta, que no podía cargar con un peso que no me correspondia. No cuando en ese camino, que yo habia nombrado nuestro, comenzaban a aparecer huellas de momentos imprevistos. 
Estoy aquí, en el camino de todos nuevamente, pero no quiero caminar y esa es mi opción de destierro: mirarte desde lejos, hasta que pierdas tus maletas y pueda correr a ti, o hasta que desaparezcas en la curvatura de la tierra. 
Destierro... habrá que saber vivir sin esa tierra que poblaste de lo más lindo que alguién pueda imaginar 

22.4.09

Volver con la frente marchita...



Bueno vuelvo al Blog, en este caso no con la frente marchita, pero si con el corazón roto.
Todas las pequeñas ilusiones y esperas que guardaba en mis manos me los arrebataron de un solo golpe, dejándole desnuda en un mundo que no es el que yo conocía, me siento perdida en mi misma. Yo no soy yo, o al menos no soy el yo que quisiera ser, o mejor dicho, el yo que el balanceo de sus pestañeas me hacia ser (sentir).
Y quedaron tantas palabras en mis dedos, tantas miradas en los lagrimales que ahora se dispersan como lluvia sobre mis mejillas.
Y me queda también una tristeza que no me cabe en ninguna parte del cuerpo, las arterias están a punto de reventar de dolor
Mientras él sigue regalando sonrisas al mejor postor, que remonta como barriletes en otoño, esas sonrisas que ya no puedo sentir que son para mi (aunque así nunca fuera), esas sonrisas que tienen nombre y apellido y están pintadas con crayones de muchos colores.

Y yo no se cuando va a pasar todo esto, no sé si va a pasar. Aunque el mundo se proponga a regalarme palabras equivalentes a pegamento para heridas siempre queda una entrada que con el desgaste del tiempo vuelve a hacer doler esa herida.

Hay días e que me sacaría la piel, para no sentir absolutamente nada...
Y hay otros, en que que directamente me sacaría el corazón... (no sé, sólo porque se le da por latir..)


 
geads