Borrón y cuenta nueva

Los días pasan lentamente. Deslizándose entre nubes de algodón se alojan sigilosamente los sueños, y la claridad del sol poco a poco impone su presencia en mi firmamento.

Terminó el tiempo de buscar estrellas perdidas, mueren las horas lentas que vagaban a veces sin destino por el laberinto de una soledad maquillada con mentiras.

El reloj inexorable marca el fin de un trayecto, las agujas cada vez más cercanas a la fecha de su destino.

Para poder volver a empezar, es necesario que todo termine. Para resurgir, primero hay que dejar todos los recursos maniatados con cuerdas tejidas con un hilo de verdades.

Cuando sobran las palabras y se eluden las asignaturas pendientes...

Todo parece incierto, y sin embargo es la cruda realidad que se avecina, la que atesora la llave de una ansiada liberación.

Y vendrá teñida de tristeza y decepción, pero bienvenida seas realidad que estas apurando el vaso de mi paciencia, mostrándote sólo en pequeños sorbos que evito ahora saborear.