Sin-silencio-interior

Mucho tiempo el silencio interior se apoderó de los sin-sonidos. Se escondió y respondió a miradas que se prestaban para una complicidad inevitada, sin poder rehuir fácilmente de los daños a terceros. A veces el sentir quería escaparse por los poros al tenerlo cerca, quería liberarse por la piel antes de revelárlo en palabras. Pero mi cuerpo –acostumbrado a seguir el (des)orden natural de las cosas sabía que primero debía admitir lo que por tanto dejó pasar (sin.olvidar) primero era una conciliación conmigo misma. Asi la razón se apoderó mucho tiempo del curso de la vida. Manejándola con seriedad y sobrado entendimiento de las experiencias. Hasta que un día, sólo un día, la voz salió a flote (y sin palabras) cuando la boca fue abierta con su beso (el de él). La reina de corazones tomó su lugar en las siguientes escenas. Desde esos días dejó de existir el silencio-interior que ocultaba su más grande temor en una canción de Anathema. Desde esos días dejó de necesitarse anestesia para continuar soportando los flagelos que le estaba impartiendo a mi ser desde mi ser. El silencio interior fue finalmente música, pero en letras distintas a la de esa canción. Fue música que entristeció a alguien, pero que en algún momento debería sonar para hacernos vivir y descubrir el sentido (que tanto buscamos) de la existencia y la felicidad

Cuando el silencio llama, y el día delinee a un atardecer, cuando la luz de tu vida suspire y el amor muera en tus ojos, sólo entonces me daré cuenta lo que significas para mí.

Como una primera vez hice que naciera este silencio-interior, hoy lo entierro porque ya no existe (aunque quisiera). Hoy es un sin-silencio-interior. Y hay son sonidos (no ruidos) que provienen de su boca o de la mía, para darle eternidad a esta nueva oportunidad.

#... es el fin del silencio interior y las sombras. La anestesia fue usada para aliviar el difícil-camino que conduce a la dulce-euforia que hoy producen las risas-y-sonrisas.